Desde el otro Lado.

No sé si será suerte o desgracia... Pero en el día de ayer te vi de pura casualidad como a eso de las 9:30 de la mañana... Estabas un tanto cambiado, pero tu onda era la misma, tus ojos aún mantenían ese matiz que me envolvía y embobaba, y tu sonrisa dejaba entrever aquellos dientes perfectamente blanquados y enmarcados en tu encía.

Tú no notaste mi presencia, si estabas con aquel muchacho que llegó a tu vida mientras yo estaba en ella, con el chico que te hizo enloquecer y abandonarme, dejándome como únicos consuelos una nota escrita con lápiz verde que dice "ADIÓS" y esos lindos recuerdos que compartí contigo y que sólo yo parezco tener guardados.

En un inicio me sentí un tanto tarado y apenado por el hecho de tu partida, pero luego me di cuenta de que yo en tu lugar hubiese hecho lo mismo, si ese joven es realmente guapo, se nota que te quiere (no como yo, pues siempre decías que mis sentimientos eran falsos y poco profundos) y que es realmente brillante... Mientras que yo era (y soy) todo lo contrario, desparramado, poco cuidadoso y no muy inteligente... Es que soy el peor ejemplar de persona, si hasta mi madre solía decirlo casi a diario (sólo que en palabras más feas).

Se veían tan contentos, se abrazaban sin importar las opiniones y miradas de las personas... Sentí alegría por ustedes, pero también una angustia y envidia tremendas. Los vi durante todo lo que tardó el semáforo en pasar a luz verde para peatones, yo estaba al otro lado de la calle, parado al otro lado de la esquina.

No te extrañaba, pero cuando el viento llevó hacia mí tu particular perfume todo cambió... Eres un verdadero idiota.